Photo by Beth Teutschmann

Como bien es sabido, Halloween o noche de brujas, a pesar de ser una festividad angloamericana, la cual tiene su gran trascendencia histórica y tradiciones culturales propias,  se ha convertido en una festividad de interés mundial. Todos los niños que crecimos a finales de los 80 y principios de los 90 disfrutamos de aquella fantasía de no tener miedo al miedo, y disfrazarte de tu pesadilla más aterradora.

Realmente es una temporada muy divertida. A quien no le mola andar por ahí asustando a la gente y recibir un montón de dulces por ello. Y ser el más popular si llevas el disfraz más original, aquel que tu mamá te hizo con unos trapos viejos, un par de cajas y pintura no tóxica. Porque en aquellos días la industria de la moda y los grandes almacenes no se les había prendido el bombillo en facilitarles a vida a los padres con aquellos disfraces de brujas, súper héroes y monstruos que aparecen en todas las tiendas por estas fechas.

Como resultado esta generación creció con sobredosis de caramelos, varias semanas sin dormir y alguna que otra reprimenda por los afamados trick or treat.

Gracias a la popularidad que fue tomando con los años esta festividad se ha extendido a casi todos los continentes, y todas las generaciones las disfrutan. Además que el Halloween como actividad comercial genera millones de dólares cada año. Y quien más se ha aprovechado de este gusto de la gente por lo terrorífico ha sido la industria del cine, donde diferentes producciones cinematográficas para esta temporada se han convertido en referencias de hábitos y tradiciones de esta popular celebración.

Pero y que pasa con los adultos y la celebraciones de día de brujas hoy en día. Pues a continuación te he preparado un listado de características y costumbres propias del Halloween de los millennials:

Pues hoy a esos niños ya no los asustan fantasmas, payasos asesinos, zombies ni las brujas. Tenemos nuestros propios sustos, como lo son el pago de la renta, el jefe, los padres de nuestra pareja, o la notificación de tarjeta de crédito por esos 1,000, y un poco mas, que te gastaste en esa cama tipo pecera (con peces a dentro y todo).

Si aunque parezca raro, todos vimos en los 90 aquellas 3 brujas que querían ser aceptadas y dominar el mundo también. Hocus Pocus fue una de las películas que nos asustó mucho en aquellos tiempos, y hoy se considera una de las mejores películas de fantasías de la década de los 90. Aunque las hermanas Anderson querían robarnos el alma a todos, eran unas villanas geniales y divertidas. Hartas de los estereotipos que encasillaban a las brujas en la época de dónde venían. Y como eso que dicen que los millennials no maduramos nunca, ya Disney ha anunciado una secuela, pero nuestras brujas originales no estarán para esta película.

Ya les conté en otro Post los populares que se habían vuelto las piñas, pero esto ya es demasiado. La ventaja de usar piñas y no calabazas, aunque se sale un poco de la tradición, es que puedes usar la pulpa y prepara una piña colada. Según se ve esta tendencia lleva ya un par de años, pero se ha convertido en un artilugio exótico y terrorífico para fiestas, y a todos les encanta.

Si, ya sé que somos unos adultos, pero es el único día en el que se puede ser un crío otra vez, y olvidar así el pagaré del banco a fin de mes. Pues los adultos millennials se ponen muy creativos a la hora de confeccionar sus propios disfraces, y por qué no gastarse una pasta en ello.

Realmente estos si dan miedo, no como el traje de momia con papel de baño enrollado que usábamos a los 5 años.

Si bien cuando niño en noche de Halloween podías pedir dulces hasta media noche, con supervisión de un adulto, hoy es la excusa para poder organizar las fiestas más creativas y alocadas. Es como si en el jardín de juegos cuando niños esté unos open bares con todos los cocteles embrujados de la temporada.

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Desde Casper, hasta algo más suave como Se lo que hicieron el verano pasado, y todas las secuelas de chuky y Freddy Krueger. Nada da más miedo que aquello que nos asustaba cuando niños, o más bien nos entretenía al mismo tiempo.

Es una extraña costumbre propia de esta generación no saber freír un huevo para comer en el desayuno, pero si preparar un cup cake con forma de cabeza de calavera.

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Es algo que ni tu mamá se logra explicar.

Porque el postureo es parte de la vida, y la noche de brujas tiene mucho material para demostrarles a todos el disfraz guay que te compraste.

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